Cafes con encanto/Charming Cafes: Cafe Oriente, Madrid. Fotos/pictures.

El nuevo Café Oriente de Madrid, situado en la plaza del mismo nombre, fue abierto en 1998, convirtiéndose de inmediato en un referente de la alta gastronomía madrileña. Pertenece al Grupo Lezama, donde D Luis Lezama, sacerdote y empresario, ha recuperado este emblemático café. A continuación, una secuencia fotográfica.

Cafe con encanto/Charming Cafe: Cafe Nostalgija, Riga.

Fue el primer café que tuve ocasión de visitar en Riga, un tibio anochecer de agosto de hace ya bastantes años. Sin embargo, no es un sitio que a los letones les guste ir. Es un café que evoca, con nostalgia, como su nombre indica, los tiempos de la ocupación soviética.

Aún así, merece la pena visitar este cafe, pintoresco y no muy turístico café, situado en el corazón de la vieja Riga. Su decoración, del llamado estilo barroco soviético, es suntuoso, algo recargado. Sus altos techos simulan una capilla sixtina del marxismo. Iconos soviéticos, banderas rojas, símbolos de esa religión sin Dios que supuso millones de muertos, ruina económica para muchos pueblos y pérdida de libertad. Aún así, hay quien la añora. Paradójicamente, este café se encuentra muy cerca del monumento a la libertad. El marxismo es ya un residuo de la historia y la libertad se ha ido abriendo camino.

A continuación, una paronámica de Riga, y fotos del café, un detalle de sus techos, su interior y un apetitoso detalle de su menu.

Cafes con encanto/Charming cafes: Cafe Hawelka, Viena.

El primer ciclo de este bohemio y cálido café vienés fue breve, pues su apertura casi coincidió con el estallido de la segunda guerra mundia. Fue reabierto en 1945, y milagrosamente, apenas había sufrido daños de consideración. Desde entonces, hasta nuestros días se. ha convertido en un sitio de encuentro de escritores y artistas en general, tanto autóctonos como extrangeros. Elias Canetti, Henry Miller, Arthur Miller y Andy Warhol son algunos de los artistas que siempre visitaban este emblemático café.

A continuación, unas fotos:

Cafes con encanto/Charming cafes: Cafe New York Palace, Budapest.

Sándor Steuer abrió este majestuoso café, para bastantes el mejor del mundo, en 1894. Pronto se convirtió en un centro de reuniones literarios y en espejo de la alta sociedad de Budapest. Su interior es de un lujo esplendoroso: mármol, bronce, seda y terciopelo. A continuación, algunos fotografías:

Cafes con encanto/Charming cafes: Cafe Gijón, Madrid.

En este recorrido de cafes con encanto no podía faltar el que acaso sea el más famoso de España: El Cafe Gijón, en Madrid. Fundado en 1888 por un emigrante asturiano afincado en Madrid, fue desde el inicio un centro de tertulias literarias. Muchos fueron los cafés que alcanzaron fama por su ambiente literario en Madrid: El Colonial, Fornos, Café de Oriente, la Flor y Nata, el Café de Pombo y el Café Gijón.

De Valle Inclán se cuenta que cuando se enfrascaba en una de esas tertulias literarias, perdía la noción del tiempo, y su hijo iba a recordarle que era la hora de comer. Al café Gijón pronto acudieron personalidades: don José Canalejas, don Santiago Ramón y Cajal y Pérez Galdós se cuentan entre sus primeros asiduos. Mantuvo una extraordinaria actividad literaria hasta que la guerra fratricida partió España. En la postguerra, el Cafe recuperó el dinamismo cultural, y ahí acudían escritores como Cela, Casona y Jardiel Poncela.

Cafes con encanto/charming caffes: Cafe Hoppe, en Amsterdam.

Es uno de los sitios más de moda en estos momentos. Es uno de los cafes más antiguos del mundo, ya que fue fundado en 1670. El cafe Hoppe pertenece a lo que en Holanda llaman "Brown cafes", "cafés marrones". Los cafes marrones se llaman asi por su interior decorado en madera marrón oscura, sus manchas de nicotina sin limpiar y su iluminación de baja intensidad. El ambiente de estos cafes suele ser muy relajado, y los holandeses lo toman como una extensión de sus hogares. Puedes verlos sentados por horas, sin prisas, tomando un cafe mientras leen un libro, sin que nadie les meta prisa. Se respira tranquilidad.

A continuación, algunas fotos:

Cafés con encanto/Charming cafes: Hotel-residenz Von Bulow, en Dresde.

Dresde es una ciudad encantadora, aunque quizá no cuente mucho en la oferta turística habitual. Sin embargo, si tienes la oportunidad, coge un tren desde Berlín con destino Dresde. No es mucha la distancia, el tren suele ir medio vacío, y las pinceladas del paisaje alemán que puedes contemplar desde este tren, bastante lento, son magníficas. No creo que muchos españoles hayan hecho este original viaje.

En Dresde, la oferta actual de hoteles, restaturantes y cafeterías es mucha y buena. Es una ciudad modernizándose a ritmos trepidantes. Como Berlín y otras ciudades alemanas, fue destruida en gran medida durante la Segunda Guerra Mundial.

En Dresde, uno de las mejores opciones para hospedarse es el Hotel Residenz Von Bulow. La visita a su restaurante es obligada. No es un sitio barato, pero la relación calidad precio es excelente. El hotel, fue construido en 1730 por Johann Gottfried Fehre, arquitecto de la corte, para su propio disfrute. Esta es una panomárica de su fachada:

Una magnífica elección es tomar algo en su salón llamado de invierno, del cual se muestra un detalle en la siguiente foto:

El comedor interior es también encantador: